martes, 10 de noviembre de 2009

Castilla y León presupuestos conservadores o del piloto de F1 que se duerme en los boxes

En estos días asistimos al debate de los presupuestos de la comunidad que ha elaborado la Junta de Castilla y León. Bien, dejemos a un lado la oratoria parlamentaria y las triquiñuelas y acusaciones de nocturnidad entre partidos y bajemos a la arena del día a día de su repercusión.

Los presupuestos son la principal herramienta que tenemos en Castilla y León para combatir nuestras debilidades, para corregir las desigualdades y para en un momento crítico como este, poner a nuestra Comunidad antes que ninguna otra, en la “pole position” del cambio de modelo productivo (hay vida después del ladrillo) y en la lucha contra la despoblación.

Con unos presupuestos tan poco transformadores, tan conservadores, que no van a la raíz de nuestros verdaderos problemas estructurales… todo parece indicar que no solo no estaremos en la “pole positión”, si no que correremos con un coche con poca gasolina, contaminante y con chapa de acero (de lo de liderar el coche eléctrico hablamos otro día). Un coche poco aerodinámico, con unos mecánicos que datan de la época de las máquinas de vapor de la revolución industrial y un piloto que se duerme al volante, que está todo tiempo en boxes dormitando o saludando a la grada (educada y llanamente eso sí, a cada uno lo suyo).

Tú "Tranquilo Majete"


Ya perdimos la oportunidad en Castilla y León de subirnos al carro de la revolución industrial en otro tiempo y a partir de ahí comenzó nuestro debilitamiento frente al fortalecimiento de otras comunidades vecinas. Por eso ahora no podemos perder ni un minuto más.

Los progresistas proponemos unos presupuestos que favorezcan la igualdad de oportunidades y que pongan su acento en evitar que más 3000 jóvenes se marchen cada año de Castilla y León. Ni un € se dedicará a esto en 2010 y es un error terrible, duele.

Necesitamos unos presupuestos austeros, que aumenten la inversión productiva y no que la reduzcan un 22% como será el caso de estos. Así volveremos a perder la oportunidad de apostar por un cambio de modelo productivo.

Queremos una Castilla y León que mire al futuro y apueste desde el primer euro de los presupuestos del año que viene por no quedarnos al margen de la revolución tecnológica. Ya nos perdimos la revolución Industrial.

Los progresistas apostamos por unos presupuestos que defiendan la igualdad entre los diferentes territorios que formamos esta comunidad. Unos presupuestos que desde la Junta ayuden a los pueblos y ciudades a sostener los servicios y que son un elemento fundamental para que en el medio rural se creen oportunidades y se detenga la perdida de población. Unos servicios para los cuales la Junta recibe la pasta de nuestros impuestos y tienen las competencias y la obligación de prestar, pero que tenéis que buscaros la vida en el pueblo para crear y mantener.

Si en tu pueblo no pueden mantener una guardería porque no hay niños suficientes y no hay niños suficientes porque nadie sueña tan siquiera con la posibilidad de que abran una guardería. Si no hay alicientes y no se atienden las demandas de los jóvenes, si conoces a algún amigo que viene los fines de semana pero de lunes a viernes está, vive y trabaja en Madrid, en Barcelona, en Vitoria o en Bilbao… a lo mejor ha llegado el momento de imaginar que un cambio en Castilla y León no vendría mal.

Si te echan una risita incrédula de medio lado cuando les hablas de una Castilla y León progresista que luche contra esto, es que ha llegado la hora de promover un cambio entre todos.

lunes, 2 de noviembre de 2009

Gobierno de Castilla y León - 1, Castilla y León - 0

Ser progresista es luchar por remontar este partido


Ser progresista significa luchar contra cualquier tipo de injusticia, luchar por defender la igualdad de oportunidades entre ciudadanos, vivan en una pequeña aldea o en una gran ciudad, tengas 20, 30,40 o más edad.

Ser progresista significa defender la democracia avanzada, ampliando los derechos civiles y sociales y dando el máximo protagonismo a la participación de los ciudadanos; más allá del día de las elecciones, más allá de las siglas de un partido político.

Significa ser capaz de imaginar un poder autonómico más transparente, menos centralista y autoritario, más audaz, participativo y cercano a los ciudadanos y sus problemas.

Significa imaginar una Castilla y León con un proyecto sobre todo audaz, valiente, que frene la insoportable sangría migratoria juvenil que nos deja sin futuro ante la actitud resignada de los gobernantes actuales. Donde todos centremos nuestros esfuerzos por jugar en la “primera división” de las comunidades autónomas y dejar los puestos de descenso de la tabla dejando de caer en el engañoso e inútil consuelo de buscar culpables fuera, apostando por lo que tienes, que es mucho y de calidad.

Somos un excelente equipo de grandes jugadores para jugar con los mejores y tenemos un campo de juego y una afición de lo mejor de hay.

Sin embargo seguimos teniendo un entrenador conservador, cansado y desmotivado para sacar lo mejor del equipo. Un cuerpo técnico dividido, distraído en sus problemas y guerras de poder internas. Un presidente resignado, que vive de las rentas, que a cada derrota mira hacia otro lado y que asiste cansado desde el sillón del palco, a como se le escapan a otros equipos la cantera más joven de esta tierra año tras año. Casi 40.000 jóvenes han emigrado de Castilla y León desde el año 2000.

Ser progresista significa defender otra filosofía de equipo, apostar por la cantera, por sacar de cada uno lo mejor, soñar y trabajar para estar “entre los grandes”.

Este equipo y esta afición se lo merecen.