Ser progresista es luchar por remontar este partido
Ser progresista significa luchar contra cualquier tipo de injusticia, luchar por defender la igualdad de oportunidades entre ciudadanos, vivan en una pequeña aldea o en una gran ciudad, tengas 20, 30,40 o más edad.
Ser progresista significa defender la democracia avanzada, ampliando los derechos civiles y sociales y dando el máximo protagonismo a la participación de los ciudadanos; más allá del día de las elecciones, más allá de las siglas de un partido político.
Significa ser capaz de imaginar un poder autonómico más transparente, menos centralista y autoritario, más audaz, participativo y cercano a los ciudadanos y sus problemas.
Significa imaginar una Castilla y León con un proyecto sobre todo audaz, valiente, que frene la insoportable sangría migratoria juvenil que nos deja sin futuro ante la actitud resignada de los gobernantes actuales. Donde todos centremos nuestros esfuerzos por jugar en la “primera división” de las comunidades autónomas y dejar los puestos de descenso de la tabla dejando de caer en el engañoso e inútil consuelo de buscar culpables fuera, apostando por lo que tienes, que es mucho y de calidad.
Somos un excelente equipo de grandes jugadores para jugar con los mejores y tenemos un campo de juego y una afición de lo mejor de hay.
Sin embargo seguimos teniendo un entrenador conservador, cansado y desmotivado para sacar lo mejor del equipo. Un cuerpo técnico dividido, distraído en sus problemas y guerras de poder internas. Un presidente resignado, que vive de las rentas, que a cada derrota mira hacia otro lado y que asiste cansado desde el sillón del palco, a como se le escapan a otros equipos la cantera más joven de esta tierra año tras año. Casi 40.000 jóvenes han emigrado de Castilla y León desde el año 2000.
Ser progresista significa defender otra filosofía de equipo, apostar por la cantera, por sacar de cada uno lo mejor, soñar y trabajar para estar “entre los grandes”.
Este equipo y esta afición se lo merecen.
Es que es realmente patético ver que los gobernantes de esta región parece que esperan, resignados, bostezando, encogiéndose de hombros, y así como diciendo "que sea lo que dios quiera" a que todos los castellano-leoneses del año 2040 sean mayores de 60 años. A mí es la sensación que me da.
ResponderEliminarAún estamos a tiempo de revertir la situación.
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