Conscientes de que estamos en un momento clave y de que no se puede perder más tiempo, hacemos un llamamiento a las instituciones y a la sociedad de Castilla y León para:
1) Alentar un nuevo proyecto político que parta de una visión global e integradora de Castilla y León y tenga a Castilla y León como eje y centro de sus actuaciones sin fomentar ni acentuar las divisiones y desequilibrios existentes ahora. Lograr que ese proyecto esté, además, basado en valores éticos y solidarios, alejados del caciquismo y del clientelismo que tanto daño han hecho y siguen haciendo a nuestra tierra. Tenemos la sensación de que no hacen falta más leyes sino que hacen falta conductas ejemplarizantes, responsabilidad y compromiso con Castilla y León en la toma de decisiones políticas. La Junta no puede ser, como ocurre con demasiada frecuencia, una mera gestoría.
2) Poner todos los medios y esfuerzos posibles para hacer frente a la crisis, sin utilizarla, como viene sucediendo, para hacer oposición al Gobierno de España. Es necesario y obligado llegar a acuerdos y empujar todos en la misma dirección para conseguir romper la dinámica actual y crear empleo con puestos de trabajo en todos los ámbitos, especialmente en el de los jóvenes, obligados ahora a emigrar.
3) Fijar la lucha contra la despoblación como un elemento esencial de la acción política sin descartar, incluso, planes de repoblación y buscar la integración de los inmigrantes que ya residen aquí. De nada valdrán, si llegan, aumentos de renta o mejoras económicas si cada vez somos menos y más viejos. No conviene olvidar que, hasta ahora, no han servido para nada, o muy poco, los planes y medidas anunciados por la Junta.
4) En esta lucha por un futuro mejor tiene que jugar un papel destacado la conservación y el aprovechamiento racional del Medio Ambiente como factor clave para conseguir un desarrollo sostenible.
5) En el aprovechamiento de los recursos medioambientales se inscribe el fomento de las energías renovables, que deberá hacerse de forma regulada para evitar que unos pocos se lucren con lo que es de todos y para impedir que esos avances tecnológicos rompan el equilibrio natural y dejen secuelas irreversibles que podrían dañar otra de las vertientes del aprovechamiento medioambiental: el turístico.
6) Lograr una gestión integral y pública del agua, recurso que aún abunda en Castilla y León y que hay que cuidar con mimo apartándolo de especuladores y de batallas partidarias.
7) Apoyar a la agricultura y a la ganadería como sectores vitales, no sólo económicos y productores de alimentos sino como forma de vida y como expresión social y cultural sin la que no se entendería el alma de nuestra tierra.
8) Apostar decididamente, y a todos los niveles, por la educación, la investigación, la innovación y las nuevas tecnologías, en definitiva por la Sociedad del Conocimiento. No será posible fijar población en el medio rural si no llega la banda ancha o si acceder a Internet es toda una aventura incómoda y costosa. En este apartado, será básica la labor de todas las universidades de Castilla y León.
9) Asegurar y potenciar los servicios sanitarios y sociales de todo tipo para garantizar el mejor nivel de vida posible a todos los castellano-leoneses independientemente de su lugar de residencia. Reclamamos, en este terreno, un mayor protagonismo del sector público y nos oponemos a la privatización de servicios que son claves en el Estado del Bienestar.
10) Ayudar a mantenerse y a crecer a otros sectores que también desempeñan un papel importante en la economía de Castilla y León como son, entre otros, la minería, la artesanía, la creación artística y cultural, la restauración de monumentos y la gastronomía.
11) Trabajar en todos los frentes para conseguir un mayor protagonismo y peso de Castilla y León en el ámbito nacional. Pensamos que ahora tiene mucho menos de lo que corresponde a su historia, situación y potencialidad.
12) Intentar que la imagen de Castilla y León en España y en el mundo vaya también asociada a los conceptos de modernidad, cambio y vanguardia y no sólo a los de tradición, continuismo e inmovilismo, como pasa con demasiada frecuencia.
Estas metas serían inalcanzables si, además de medidas y actuaciones políticas, no se produce un compromiso amplio, hondo y duradero de los ciudadanos con su tierra; si no ejercemos plenamente esa condición de ciudadanos; si no participamos; si no proponemos alternativas y abandonamos el individualismo y el fuerte egoísmo vital en el que ahora estamos sumidos, que han colaborado, y mucho, en la creación del actual clima de atonía. Todo ello teniendo presente, ahora y siempre, que en Castilla y León no sobra nadie que, piense como piense, quiera trabajar y pelear por esta tierra.
GRUPOS DE REFLEXIÓN Y COMPROMISO