El León de la Desidia era hijo de Brasas y nieto Parálisis. Fue educado y criado por Herrera, que lo situó expresamente en la región de Castilla y León para que acabara con la ilusión de la población del lugar cuando caía la noche, desencantando a cuantas personas se cruzaran con él.
La prueba de Óscar López consistía en acabar con el animal, y lo cierto es que intentó acabar con éste lanzando sus ideas y propuestas, pero el animal tenía la piel tan dura y era tan feroz y voraz que el esfuerzo fue inútil. Óscar entonces, cerró con rocas una de las salidas de la cueva del animal, lo acorraló dentro y utilizando sus propios brazos, lo asfixió.
Posteriormente, arrancó su piel y se la colocó sobre sus espaldas y la cabeza a modo de casco, volviendo victorioso al lado de sus compañeros de epopeya.
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